Son tres los hechos históricos que se escenifican en las Morismas de Bracho, mismos que ocurrieron durante las batallas entre moros y cristianos en los siglos VII y XVI: la muerte de Juan el Bautista, bajo la orden de Herodes Antipas; la muerte del pagano Almirante Balán, en manos del emperador Carlomagno; y la Batalla de Lepanto.
Ciudad de México, 29 de agosto (SinEmbargo).- Zacatecas cuenta con bellos espacio y tradiciones muy arraigadas, una de ellas es la de las Morismas de Bracho, una celebración religiosa, de las más antiguas del país, que se realiza desde 1823 y pen la que participan cerca de 20 mil personas.
La historia de esta celebración se remonta a hace 198 años cuando comenzó a realizarse en honor a San Juan Bautista, actualmente tiene como escenario el cerro de San Martín, desde donde bajan los participantes hasta llegar a la explanada de Lomas de Bracho, ubicada precisamente a espaldas del Cerro de la Bufa. Conocida como «la representación más grande de Zacatecas», recibió, en 2014, la declaratoria de Patrimonio Inmaterial del estado por parte del congreso local, por ser una de las tradiciones más coloridas, monumentales y antiguas del país.
Son tres los hechos históricos que se escenifican en las Morismas de Bracho, mismos que ocurrieron durante las batallas entre moros y cristianos en los siglos VII y XVI: la muerte de Juan el Bautista, bajo la orden de Herodes Antipas; la muerte del pagano Almirante Balán, en manos del emperador Carlomagno; y la Batalla de Lepanto.
Esta tradición zacatecana se encuentra tan arraigada en las familias que casi todas ellas participan, provenientes de diversos puntos del estado, del país e, incluso, del extranjero, con el firme objetivo de preservarla, así como de mostrar su fe a San Juan Bautista. Es una celebración que resalta por su colorido y alegría que son plasmados en los vestuarios de los participantes, que llegan a costar hasta 3 mil 500 pesos y son considerados parte del tributo y sacrificio que se debe hacer para venerar a San Juan Bautista.
Debido a la situación que atraviesa el mundo debido a la pandemia por COVID-19, la celebración de los últimos dos años ha sido suspendida, hecho que solo había ocurrido en 1914, durante la batalla de la Toma de Zacatecas.
Aunque las representaciones no se realicen de forma masiva como es la costumbre, sin duda es una celebración que está presente en la vida de todos los zacatecanos y de quienes alguna vez han presenciado esta majestuosa tradición, una de las más antiguas y vistosas del país.